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Yo no vi las flores marchitar, ni ese frío en tus ojos al mirar, no vi la realidad, me ibas a dejar. Dicen que la vida no es como la vez, para aprender hay que caer, para ganar hay que vencer, lo di todo por ti. Lloré y lloré y juré que no iba a perderte, traté y traté de salvar este amor tantas veces, si mis lágrimas fueron en vano, si al final yo te amé demasiado, como yo nadie te ha amado. Cada hora una eternidad, cada amanecer un comenzar, ilusiones nada más, que fácil fue soñar. Tantas noches de intimidad, parecían no acabar, nos dejamos desafiar y hoy nada es igual. Sé que en verdad el amor al final siempre duele, no lo pude salvar y hoy voy a pagarlo con creces.
Esta vez la pasión ha ganado, y por eso te sigo esperando, como yo… Como yo nadie te ha amado.

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Y aunque se pase toda mi vida, yo te esperaré *
Dont you 
cry tonight, 
I still love you baby.

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Mi personalidad va más allá de todo y todos.
No soy la persona más inteligente, ni la más linda, la más viva, ni la que todos quieran conocer. A veces la bronca no me deja pensar, a veces no razono, a veces digo cosas que lastiman, a veces digo cosas que no son, a veces... A veces hago simplemente estupideces. Pero soy una flaca que se hace valer por lo que es. No necesito aparentar ser alguien que no soy. Soy esa persona que puede sacarle una sonrisa a los demás, no importa a quién, que escucha, aconseja, da su apoyo, que es leal, que no se fija en su apariencia, mira sus acciones, pensamientos, su forma de actuar, y sentir. Soy la persona que puede acompañar, noche y día, sin importar porqué. Soy a la que llamas, y no importa que pase te atiende. Soy yo y no me puedo describir de otra forma. Mis acciones me definen mejor que mil palabras. Soy distinta, como todo el mundo, todos a su manera. Muchos me juzgaron, me deliraron, me tuvieron compasión, lastima, pena. Muchos pasaron, me odiaron, me quisieron, me hicieron reír y llorar, me hicieron sentirme bien y mal, tonta pero feliz. Me hicieron sentir especial, me hicieron darme cuenta de que no todo es tan malo.
Ya nada malo me retiene, me libero a mi misma.

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En cualquier noche despejada y en menos tiempo del que imaginemos.. 
Así sea viendo una luna llena, sintiendo un sol radiante en nuestra piel, con el viento soplándonos de frente, nos vamos a dar cuenta. Cuenta que no podemos desertarnos, ni renunciarnos. Ambos llevamos la marca de un amor corrompido, un amor que por más que no pueda quiere ser, que aunque lo arrastre el tiempo, el cansancio y el frío de este invierno… quiere florecer y hacerse indestructible. Nos duele, la razón necesita callar al alma que no para de llorar a gritos defraudados y nuestra cabeza no para de pensar en planteos, ideas. Algún reparo para solucionar contrariedades de cierta pasión olvidada y perdida en algún atajo hacia la felicidad. Un atajo que al igual que todos tiene sus desperfectos.
Llevamos tatuados en el corazón, el nombre de cada uno y sabemos que no podemos abandonarnos, que llevamos las manos atadas, y que el atajo es difícil pero... ¿nos espera la felicidad?