*


Son las diez, y ya sé que no vendrás, y mi alma se desangra dulcemente; y no quiero resignarme porque sé que en este mismo momento tu me estás fingiendo amor, si yo se que a él vos lo queres, no reniegas cuando tienes que besarlo, por capricho no estás mas a mi lado. Qué mas da, sé que tarde o temprano tu corazón no mentirá, mientras tanto yo aquí te esperaré, para poderte devolver tu alegría.