Ya no me pinto mi sonrisa nueva para recibirte. Ya no me muero por besar tus labios ni quemar tu piel. Ya no me rompo la esperanza a golpes contra tu inconsciencia. Murió mi paciencia y ahora estoy despierta y no me quedan ganas para verte más. Ya no recuerdo que me hizo un día quedarme a tú lado. Por más que quiera no recuerdo qué pude encontrar en ti. He estado ciega demasiado tiempo, y ahora estoy cansada de seguirte el juego.